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jueves, 17 de febrero de 2011

Si cambiáis cualquiera de vuestras creencias, sentimientos o actitudes, alteraréis el efecto que tenéis sobre otros y cómo os responden.

Lo que creéis, cómo os sentís y las actitudes que tenéis afectan directamente al campo energético personal que os rodea, y esto, a su vez, afecta los campos energéticos de la gente con la que interactuáis.

Cuando los humanos expandan su consciencia sobre la necesidad de grandes cambios en vuestras actitudes de unos a otros –desde la beligerante rebeldía, a la desconfianza y luego a la aceptación y voluntad de comprenderos mutuamente- los efectos inmediatos serán muy gratificantes.

Mientras vuestras actitudes se tornen menos suspicaces y defensivas, también sucederá con aquellas personas con las que interactuáis.

Vuestras subyacentes expectativas de hostilidad o amenazas de los otros se debilitarán, y encontraréis que podéis “bajar la guardia” cuando entiendan que los otros no intentan haceros daño, sino que que por el contrario, cuando os acostumbréis, encontraréis que vuestros niveles de estrés se reducen a medida que experimentéis una desacostumbrada aceptación y seguridad en ambientes que previamente, si no eran positivamente amenazantes, definitivamente eran más bien desagradables.

Os asombraréis por el maravilloso resultado que vuestros cambios actitudinales traerán.

Lo que creéis, cómo os sentís y las actitudes que tenéis afectan directamente al campo energético personal que os rodea, y esto, a su vez, afecta los campos energéticos de la gente con la que interactuáis.

Consecuentemente, si cambiáis cualquiera de vuestras creencias, sentimientos o actitudes, alteraréis el efecto que tenéis sobre otros y como os responden.

La psicología moderna os informa de esto y os ofrece orientación sobre relaciones, y no sólo ayuda a los individuos, pero también a grupos, corporaciones, comunidades religiosas, partidos políticos y naciones.

En términos generales, mientras más grandes sean los grupos que usan éstas habilidades y técnicas, más egoístas se tornan a medida que las personas tienden a identificarse con miembros de un grupo en particular sobre otros.

Sin embargo, cada uno de vosotros, al ajustar vuestras actitudes de la suspicacia y desconfianza a la aceptación y voluntad de comprenderos y cooperar mutuamente, cambiáis la dinámica de grupo en el mundo entero, y esto puede verse en muchas interacciones y negociaciones grupales.

No caigáis en el fatalismo, la melancolía, el peligro y el barullo de protección utilizados para alentar el miedo y la desconfianza, porque afecta vuestro campo energético muy negativamente, haciendo que otros se sientan amenazados por vosotros.

En vez de eso enfocaros en vuestro deseo de ser como Dios os creó: presencias pacíficas y amorosas y determinaros a compartir y extender esa energía en todo momento.

Entonces disfrutaréis de los resultados positivos que esto traerá a vuestras vidas.

Siempre habrá, por supuesto, experiencias negativas y desagradables, porque mucha gente vive en temor y a la defensiva, preparados para atacar ante cualquier aviso.

Sed compasivos y pedid orientación y guía espiritual (que está siempre disponible) cuando se den este tipo de situaciones, y responded adecuadamente en lugar de ser retenidos por estos dolorosos juegos que apoyan y mantienen la ilusión.

La propósito de la humanidad está en salir de la ilusión para entrar en la Realidad, y cada uno de vosotros tenéis una parte esencial e individual que jugar en este importante evento, porque a través de jugar vuestro papel, haréis que suceda.

Cada uno de vosotros sólo podéis cambiaros a vosotros mismos y pasar de ser temerosos a ser afectuosos, pero al hacer esto demostraréis a todos con los que interactuáis que se puede hacer, y que reduce los niveles de estrés y os trae paz.

Verán la manera feliz, competente y sana en la que operáis; y vosotros experimentaréis la alegre aceptación que recibiréis de otros.

Vosotros estáis, cada uno, conscientemente determinados a ser presencias pacíficas y amorosas, de este modo cambiaréis el mundo y disolveréis la ilusión. Por esto, sois profundamente honrados.

Con muchísimo amor, Saul.

Traductor: Macarena Herreros

Emai: macaherreros@gmail.com



Fuente: 02/16/2011 by John Smallman