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lunes, 28 de junio de 2010

Escritos de Geenom 15

Todos los derechos reservados al grupo AZTLÁN "LOS MANUSCRITOS DE GEENOM" "INDUCCIONES"


Las respuestas de la naturaleza. El agua reflejo del espíritu.



 El agua limpia y el agua sucia es la intención con la que se habla.


La naturaleza da al hombre la contestación oportuna a cada una de sus preguntas. En la naturaleza está la contestación a todas las interrogantes. Tomando el agua, por ejemplo, tenemos que un agua limpia y pura es un agua potable que, al ser bebida, limpia los tejidos y purifica la sangre. Sin embargo, un agua sucia y contaminada no limpia sino que, por el contrario, ensucia aún más el organismo y puede hacerle perder la vida.

El agua limpia y el agua sucia es la intención con la que se habla. Si la intención es positiva, la palabra será limpia y clara, podrá ser recibida por los oídos de los hombres, limpiará su espíritu y purificará sus ideas. Si la palabra es sucia y contaminada, emponzoñará aún más un espíritu propenso a la involución. La palabra debe ser clara para eliminar posos y prejuicios adquiridos.

En cuanto al ciclo del agua, tenemos que, antes de ser nube, ha sido vapor, intangible pero real. Luego va condensándose poco a poco. Forma tambien una nube que es también intangible, pero pueden verla aquellos que miran al cielo. Después de la nube se condensa aún más y entonces el vapor de agua se convierte en líquido que, al caer, riega los campos, hace florecer la vegetación y calma la sed de animales y hombres.

Si el agua que cae de la nube no recibe los rayos beneficiosos del Sol, se concentra aún más y forma la nieve y el hielo. Luego vuelve a licuarse, cuando recibe los rayos del sol, y si éstos son suficientes cálidos, vuelve a evaporarse y a ascender nuevamente.

Aquel que quiera saber cómo es el espíritu, tiene en el agua la constestación. El espíritu es algo etéreo, intangible pero real. Cuando empieza su andadura va cubriéndose poco a poco de una capa que lo hace más visible para aquel que mira dentro de si. En su andadura por las diferentes etapas de su evolución se convierte en algo pero es visible y tangible; es el agua. Entoces el espíritu se ha cubierto de materia; es una manifestación más del espíritu.

Cuando el espíritu desciende hasta las zonas más bajas, se cubre de una coraza más sólida y está, en estas etapas, más tiempo si no recibe los rayos beneficiosos de la energía y de la armonía. Ahí, si no recibe está energía, si no se abre a ella, permanecerá más tiempo en estado materializado.

Cuando, por fin, el espíritu encuentra la armonía, llega la luz. Poco a poco va fundiéndose el hielo, va perdiendo solidez el agua y si el espíritu se abre más a la luz, el agua se vaporará y en ese estado de vapor invisible, es cuando se considera que el espíritu ha ascendido hasta la cúspide del triángulo.

La palabra que viene del Padre es como el agua, cae en todas partes. En unos sitios se evapora inmediatamente y no llega a fertilizar el terrno. En otros sitios la embalsan y luego riegan poco a poco todas las tierras de alrededor. En otros sitios la desaprovechan, la dejan discurrir, hasta que se funde con el mar.

Es responsabilidad nuestra recoger este agua, almacenarla y distribuirla para hacer fértiles los terrenos que nos rodean. Toda palabra  que viene de un generador positivo debe ser escuchada, asimilada, estructurada y repartida. Debemos ser el embalse que recoge el agua para regar lo que nos rodea. No debemos dejarla correr para uso exclusivo nuestro, para calmar únicamente nuestra sed de vez en cuando. Debemos dar de beber al sediento. Para ello, debemos guardarla, para poder calmar la sed del que nos pide agua.

Tenemos el ejemplo del agua, pero analizada la naturaleza, veremos que en cada cosa que compone la creación tenemos respuestas para todas nuestras preguntas, para todos los problemas que se nos puedan plantear cada día; para todas las interrogantes quel a física, la química, la medicina y la propia estructura mental del hombre nos puedan planetear.

Miremos a nuestro alrededor y veremos que nada está puesto por casualidad cuando está puesto por la naturaleza.





















viernes, 18 de junio de 2010

Escritos de Geenom 14

Todos los derechos reservados al grupo AZTLÁN "LOS MANUSCRITOS DE GEENOM" "INDUCCIONES" La manifestación del espíritu. La búsqueda de la armonía y la resonancia.






 
La forma de manifestarse el espíritu está en la relación directa con el medio que le rodea.


La forma de manifestarse el espíritu está en la relación directa con el medio que le rodea.

El espíritu del hombre de la Tierra necesita un cuerpo físico y tangible para poder desarollarse y evolucionar. El hombre, compuesto esencialmente de materia y espíritu, apenas vislumbra lo que éste es, y en cuanto a su cuerpo, no conoce apenas su funcionamiento.

Sabe que los pulmones le permiten respirar y distribuir el oxígeno por el cuerpo a través de la sangre. Sabe que el estómago le permite digerir los alimentos, que el hígado es un laboratorio donde se crean y se distribuyen aquellos compuestos químicos que el cuerpo necesita para vivir; pero el hombre pocas veces se ha parado a pensar en la función que desempeñan, por ejemplo, cada uno de los dedos de su mano.

Todo aquello que para el hombre es natural apenas merece un ligero estudio. De esa forma, andando por el campo, el hombre puede sentirse solo, abandonado. Si andase más en sí mismo, si analizase todo su cuerpo, toda su estructura, todos los elementos que lo componen, se daría cuenta que no está solo, que alguien a tenido que crear ese cuerpo, que si andando por el campo ve que su cuerpo proyecta una sombra, es porque hay una luz y esa luz no la ha creado él; pueden ser la luz del Sol o la luz de la luna.

Sentirse solo es señal de que no hemos encontrado a nuestro amigo, de que nos hemos quedado en la parte superficial. Cada célula de nuestro cuerpo está vibrando.
Cada célula de nuestra alma está vibrando. Cada partícula energética de nuestro espíritu está vibrando. El hombre se siente solo cuando esta vibración no encuentra resonancia, cuando la vibración de todos los elemetos que componen el ser humano , desde  el espíritu hasta la materia, no forma una armonía perfecta. Son diferentes escalas de  vibración, pero forman una armonía perfecta.

Constantemente estamos proyectando esta armonía para encontrar la resonancia. Muchas veces creemos encontrar esa resonancia, pero luego nos damos cuenta que esta armonía se convierte en desarmónica. El hombre está dotado de las facultades necesarias para no hallarse solo. Busca intermitentemente la forma de dar consistencia a su armonía, de crear una imagen con ella, de crear una nota diferenciadora que lo distinga de los demás.

El diapasón marca el "la". Cada hombre busca su nota y busca también que esa nota sea armónica con los demás hombres. En la búsquda de la armonía entre los hombres, esta nota pierde tonalidad cuando no encuentra la resonancia adecuada, pero cuando la encuentra se convierte e una nota hermosa que, al sonar, queda en el aire impregnándolo todo.

Tenemos que buscar nuestra nota haciendo vibrar las  cuerdas de nuestro ser: las más graves de la materia, las más finas y sutiles del espíiritu, como el arpa. No hagamos ruidos con nuestro ser integral, hagamos música, porque en el universo reina la música.

No pensemos que estamos solos. Sólo está solo aquel que huye de sí mismo. El que se busca a sí mismo nunca está solo. Busquemos el arco que haga vibrar nuestras cuerdas. Ese arco está en las experiencias de cada día. Tomémoslas, analicémoslas con lógica, con inteligencia, porque el Padre nos ha dado el intelecto para usarlo, no para dejarlo inutilizado.

























sábado, 12 de junio de 2010

Escritos de Geenom 13

Todos los derechos reservados al grupo AZTLÁN "LOS MANUSCRITOS DE GEENOM" "INDUCCIONES"  




La amistad. Todo es vibración.


La amistad es el mejor regalo que podemos tener, conservemoslo.

Si observamos un rebaño de ovejas, veremos que al menor ruido huyen y se agrupan, por miedo y por instinto de protección. El hombre que se acerca a los demás para protegerse, no lleva nada en sus manos, sólo miedo. Cuando te acerques a los demás, no lo hagas por miedo, hazlo para colaborar. Nadie te va a decir con palabras que quiere ser tu amigo.

La amistad significa sentirse responsable de tu hermano, sentirse responsable, no ser responsable. Intentar que no caiga, aun riesgo de caer tú. Dale la mano cuando sepas que él la necesita. No le recuerdes favores pasados, porque en un momento determinado tu hermano puede salvarte la vida, y no hay absolutamente ningún favor que se pueda comparar a ése.

Si plantas un grano de trigo, recogerás cien. Si tienes un buen amigo, lograrás que todo lo que hagas esté apoyado por dos mentes; dos mentes dirigidas hacia una misma idea.

Para que exista el mar, deben de existir millones y millones de millones de gotas de agua. Cada una de esas gotas es intrísecamente a todo el mar. Además, ten en cuenta que una gota puede ser un mar para un microorganismo.

Jesucristo tuvo doce apóstoles y muchos discípulos, pero muchos se han llamado sus amigos. Amaron , dicen, a Jesús, y sólo invocaron su nombre como referencia para conseguir sus fines. Lo anotaron en su haber: "Yo conocí a Jesús", dicen, como si eso les diese carta blanca. "Yo hablo en nombre de Jesús", dicen, y han tergiversado sus palabras para conseguir sus fines.

Si tienes un amigo, lo tienes dentro de ti, porque la amistad se lleva dentro, no en la mano como una bandera. No se cita como referencia. En todo caso, las palabras que diga tu amigo, si le consideras realmente así, las dirás exactamente igual que él las ha dicho y dirás que, antes que tú, las dijo él.

No se debe invocar el bombre de aquel a quien realmente no se esta dispuesto a secundar. Hay personas que se precian de tener muchos amigos. Lo importante es que cada uno de ellos se precien de tenerle a él como amigo.

Todos se utilizan unos a otros. La verdadera amistad se lleva dentro, no se hace uso de ella; ella hace uso de nosotros.

jueves, 10 de junio de 2010

Escritos de Geenom 12

Todos los derechos reservados al grupo AZTLÁN "LOS MANUSCRITOS DE GEENOM" "INDUCCIONES"

 La armonía del Cosmos y la música del Universo. Componer interptretar y dirigir.




El hombre que no disfruta de esta armonía, debe buscarla en cuanto le rodea.

Lo más importante es la armonía que existe en el Cosmos. El hombre de la Tierra, que no disfruta de esta armonía, debe buscarla en cuanto le rodea.

La música es la demostración directa e inmediata de ella. Los mundos del Universo, cuando están en armonía, producen música, sonidos armoniosos y agradables.

Si buscas la armonía deontro de ti vivirás alegremente, oirás la música dentro de ti. Compón tu propia sinfonía y mide bien los tiempos, las síncopas. Intercala bien cada uno de los compasesd y de los movimientos. No pongas notas discordantes en tu sinfonía. La experiencia hace se eliminen esas notas discordantes.

Cuando tengas que presentar tu partitura procuara que tu sinfonía sea escuchada con agrado, que no sea un montón de ruidos sin sentido, que tenga armonía en lo grave y en lo agudo, en los bajos y en los altos, en la fusa y en la semifusa, en las corcheas, en todo aquello que lo compone. Pon el máximo cuidado cuando escribas una nota, porque esa nota puede hacer inútil e inescuchable toda una obra de años.

Los grandes maestros salían fuera a recoger del espacio esa armonía, las ideas para componer sus obras. La llamada musa no es otra cosa que la conexión con el exterior, por eso algunos no necesitaban oídos para oir fisicamente, ya que salían y captaban la musa a través de la energía que todo lo impregna.

Sólo cuando hayas sabido componer e interpretar podrás dirigir. No es fácil dirigir, depende mucho del movimiento de tu mano. Este movimiento rítmico-acompasado es diferente para cada partitura que se ejecuta. Un maestro debe saber ejecutar todas las partituras. Ahora confórmate con ser compositor, mañana intérprete, después maestro.

Las hojas de los árboles, los insectos, los animales, también componen su sinfonía, también hacen su música. El hombre tiene facultades para hacer la mejor de las sinfonías, pero para eso tiene que abrir los canales que darán entrada a la musa.

Todos debemos hacer nuestra partitura.



martes, 8 de junio de 2010

Escritos de Geenom 11

Todos los derechos reservados al grupo AZTLÁN "LOS MANUSCRITOS DE GEENOM" "INDUCCIONES"









El fin básico de las cosas creadas. Inmutabilidad de las leyes cósmicas

El hombre se esfuerza mucho por proteger su imagen, pero lo que tiene debajo en la parte más profunda, no se preocupa de protegerla. Esa parte es su alma Dios-Interno.

El hombre gasta su tiempo y sus energías trabajando para procurarse el alimento y las ropas que le cubren. También gracias a su trabajo tiene acceso a la cultura. Pero el hombre utiliza muchos de los recursos que adquiere, en ropas que no están pensadas para su fin lógico, no están pensadas como algo que le cubra de la inclemencia del tiempo. La ropa a adquirido otra función, quizás más importante que la de protegerle de las inclemencias del tiempo. El hombre necesita que su ropa tenga una forma y unos colores que estén de acuerdo con los cánones que marcan sus semejantes. Estos cánones son constantemente cambiados, no son inalterables. Cambian en cuanto se cambia de ciudad, de país y de continente.

Sin embargo, lo que hay bajo la ropa, lo que está incluso bajo la piel, lo que está en la parte más profunda, no se preocupa de protegerla. Le da una capa superficial y no vuelve a ocuparse de ella; sólo se ocupa de vez en cuando, sobre todo cuando tiene miedo o quiere conseguir algo que no puede conseguir con dinero.
El traje con el que cubrios a ese otro cuerpo nuestro es siempre igual. Ese traje son las leyes cósmicas. Ser inmutables. Debemos cubrir nuestra parte más profunda, nuestro cuerpo más interior, dándole una ropa que este de acuerdo con el resto de los demás cuerpos interiores. Y esta ropa es inmutable, es igual para todos los cuerpos para todos los Yo profundos. No está sujeta a cánones arbitrarios, sino que está sujeta a unas normas perfectas y concienzudamente estudiadas, que sirven, que han servido y servirán.

Si observamos detenidamente las cosas por su función, veremos la cantidad de tiempo y energías que el hombre pierde tratando de cambiar la función básica de las cosas. El agua, en su composición molecular, tiene dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Podremos adulterarla, gasificarla, descomponerla por medio de la electricidad, quedando separados los dos átomos de hidrógeno, por una parte, y el oxígeno por otra, pero el agua tiene una utilidad que no ha sido cambiada, es inmutable: da humedad y vida a los tejidos de todos los seres vivos. Fertiliza las tierras y conforma los climas.

El hombre tiene una finalidad: llegar hasta Dios. Podrá deambular hacia adelante, hacia atrás, hacia un lado o hacia otro, pero su final está en Dios.

No intentéis cambiar las cosas que son básicamente inmutables, porque entonces estaréis dando palos de ciego, os estaréis perjudicando a vosotros mismos. No compliquéis vuestra existencia con cosas banales; eso os hará perder mucho tiempo y el tiempo no os sobra.

La vida en la Tierra de la actual generación tiene su final muy próximo. Perder el tiempo en cosas banales solamente es lógico cuando la psique está alterada o está cansada. Analicemos cuál es el tiempo que hemos perdido cuando nuestra psique esta descansada y cuando está cansada. Siempre hay algo importante que realizar y no debemos dejar pasar lo que quizás no vuelva.