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martes, 1 de marzo de 2011

Saúl. La humanidad ha llegado al punto en que puede y está escuchando la Voz de Dios

Finalmente la humanidad ha llegado al punto en que puede y está escuchando la Voz de Dios, que siempre ha estado disponible y se expresa a través de los sabios y gentiles entre vosotros.

Vuestra evolución espiritual se está acelerando, como debe, y las energías divinas que os rodea se están intensificando mientras continuáis pidiendo la ayuda de vuestros guías, ángeles y Dios mismo. 

Lo que estáis haciendo es de gran importancia, está en total alineación con la Voluntad divina, y consecuentemente no podéis fallar en llegar a vuestra meta, que es la de evolucionar, o mejor dicho, retornar a lugar de donde venís, la eterna unión con Dios.

La ilusión os ha arrastrado a un estado de gran sufrimiento que sólo fue posible porque se os dio libre albedrió, que os permitió rechazar vuestra relación don Dios en las que os fuisteis creados, y construir un ambiente donde pretendíais que estabais separado de Él. Esto es, por supuesto, imposible porque todo lo que existe lo hace dentro de Dios. 

Sin embargo, usando los dones que Él os entregó, seguisteis adelante e imaginasteis un ambiente sin Su presencia de amor, y escogisteis experimentar con una gran cantidad de extrañas ideas que solo pueden ser realmente descritas como dementes. Los resultados de estos experimentos están alrededor vuestro por donde miréis. 

Inicialmente vuestras intenciones no eran crueles, simplemente desconsideradas. 

Podrías haber usado vuestra razón e inteligencia para calcular a donde os llevarían vuestros experimentos, pero al parecer era más divertido no saber hacia dónde corríais y os hiciste adictos al entusiasmo que vuestra falta de previsión provocaba.

Cuando el dolor y el sufrimiento fueron endémicos parecía que no había vuelta atrás, y que habíais ofendido a vuestro Padre permanente y gravemente por vuestro comportamiento desconsiderado y mal concebido. 

Parecía que habíais destruido Su creación divina de belleza y perfección, por lo tanto, que estabais más allá del perdón. 

Habíais olvidado que el ambiente en que parecía que vivíais vuestras existencias no era en absoluto uno imaginario y que habíais construido para jugar y esconderse de Él. 

Vuestras imaginaciones os había convencido que estabais experimentando algo absolutamente real, y comenzasteis a culparos mutuamente por vuestro sufrimiento, y eso os condujo a más sufrimiento. 

Para dejar de experimentar sufrimiento debéis dejar de imponerlo a otros.

Vosotros tenéis el poder y la gracia divina para reconocer que lo que estáis experimentando como realidad, y que habéis experimentado así por años, es en verdad, una ilusión que todavía apoyáis y mantenéis mientras continuéis atacando y culpándoos mutuamente. Los juicios de valor deben acabar, porque destruye todos vuestros esfuerzos por establecer la paz. 

Por eones cada sistema social que ha sido derrocado sólo ha sido reemplazado por uno similar que contiene los mismos fallos y problemas que los revolucionarios decían que mejorarían, como vuestro mundo muestra claramente. 

Siempre ha habido sabios entre vosotros ofreciéndoos guía sana, pero en el alboroto y demencia de la revolución os negasteis a escuchar.

Finalmente la humanidad ha llegado al punto en que puede y está escuchando la Voz de Dios, que siempre ha estado disponible y se expresa a través de los sabios y gentiles entre vosotros. 

Ahora podéis comenzar a reconocer que el doloroso reino de la confusión, miedo y ansiedad no es nada más que una espantosa pesadilla de la que podéis despertar por medio de dejar el enjuiciamiento, culpa, castigo y reemplazar esas actitudes destructivas por gentileza, compresión, perdón y cooperación.

Estáis viendo que esto está sucediendo en todo el mundo, a medida que la gente se apoya mutuamente pacíficamente para quitarle el poder a los regímenes que os ha controlado en lugar de honraros como hijos amados de Dios.

Todos sois divinamente amados. Nunca habéis dejado la Presencia de Dios. 

Os despertaréis de esta aparentemente eterna pesadilla de feroces desacuerdos, juicios y guerra. 

Vuestra dicha será completa porque en la Realidad, la presencia divina de Dios, no hay nada más.

Con muchísimo amor, Saul.

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Traductor: Macarena Herreros
+ 34 634928265

02/27/2011 by John Smallman


1 comentario:

  1. Buenas tardes les visito de El Salvador, desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
    Bendiciones.

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